lunes, 30 de noviembre de 2015

Fairytale

Fairytale*

*basado en la canción homónima de Ludovico Einaudi


Me dijeron que me despertase,
que el beso había sonado;
mas preferí quedarme en los brazos musculosos de Morfeo.
El sueño era bello e irrepetible.
Una historia interminable que no quería acabar.

Pero, entonces, un día abrí los ojos.
Todo lo que había conocido se había extinguido.
¿Dónde estaban los juglares? ¿Qué había sido de mis hadas?
Allí estaban mis encantadoras cuidadoras clavadas
en la pared como mariposas.
Frente a mí se abrió un mundo de poca ropa y malas palabras.
Aparatos llenos de luz y clics continuos me acribillaron la testa.
Creí que todo era un sueño, una vulgar pesadilla sin dragón ni Maléfica.

Volví a dormir.

Al cabo de un tiempo, que yo contaba por años,
la oscuridad invadía mis retinas.
Aún sujetaba aquella rosa inmortal,
inmortal como mi lánguida figura postrada.
Conseguí que mis océanos se hicieran
a la mortecina luz.
En eso me vi reflejada en un cristal:
¿Eran aquellos cabellos grises y blancuzcos,
otrohora dorados cual espigas, los míos?
¿Mi rostro era ese que me contemplaba arrugado,
asombrado y asustado al mismo tiempo?
Golpeé con fuerza el vidrio, pero fue inútil.
Traté de averiguar dónde estaba y,
tras muchos reflexionar, vi como
los últimos hilos de plata mutaba al puro espectro;
mientras mis faces se tornaban en una espantosa mueca.
De nada me sirvió la Aurora de mi nombre,
ESTABA BAJO TIERRA.
Vertiendo unas postreras lágrimas,
dejé que la bella durmiente que había sido volviera a conciliar un sueño
del que nunca jamás amanecería.

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