jueves, 12 de marzo de 2015

Donde vive la hipocresía, habita la corrupción.



Hoy me gustaría hablar de un tema de actualidad -y anclado desde largo tiempo-: el sexismo. Y, concretando más, la injusticia a la que ha sido sometida Zaida Cantera -es ella como podría ser otra u otro-, comandante del ejército de tierra español, quien ha sufrido acoso sexual y laboral por parte del teniente coronel José de Lezcano-Mújica, además de otros compañeros que se sumaron a las agresiones.
            Este hombre fue condenado en 2012 a dos años y diez meses de prisión, de los que ha cumplido 23 de los 34.
Su puesta en libertad ha generado revuelo.
Pero esta entrada no es para hablar de José de Lezcano-Mújica, sino de la actitud del ministro de defensa, Morenés, que muestra una actitud defensiva -más que defenderse trata de escurrirse- ante las inquisiciones de Irene Lozano, diputada de UPyD, durante el debate del pasado miércoles día 11 de marzo en la Cámara de los Diputados.
En ningún momento quiero presentar una inclinación política que puede resultar errónea, mas sí me gustaría resaltar cómo el Morenés se limita a repetir -en una primera  parte de la discusión- las medidas (que podrían ponerse en tela de juicio) que el Ejército sostiene, como institución, para comprometerse con la igualdad entre hombres y mujeres en sus filas.

Es de suponer que el caso de Zaida no sea el único, y tal vez haya sido su insistencia la que le ha valido cierta importancia. Su acaso no se limita al machismo, sino que puede expandirse al sexismo, ya que quizás otros compañerOs estén bajo esa presión; y ni ellos ni ellas se atrevan a denunciarlo.
Sin embargo, enumerar las líneas que trae apuntadas como buen colegial no son la solución.
Si la comandante desea abandonar el Ejército por el trato recibido, frustrado su trabajo, el señor Morenés lo mínimo que puede hacer es agilizar esos trámites, como le pide Irene Lozano.
Sobre la intervención de la diputada, basta señalar que "cada uno tira piedras a su propio tejado" y no soy yo nadie para defenderla o apoyarla, pues pretendo presentar los hechos. Si bien es cierto que me parece digna de elogio su petición de dimisión por parte de Morenés: alguien que no ha hecho bien su trabajo, que ha cometido una falta muy grave a sabiendas, no merece un puesto de tanta relevancia. Ya lo decía Locke, debería ser el propio titular quien pidiera disculpas y abandonase su cargo, aunque sabemos que la HONESTIDAD en ESPAÑA -como en tantos otros países- BRILLA POR SU AUSENCIA.
Me dirán, "Pues si todas las personas que hubieran cometido una falta de dicha índole dimitieran, bonita se iba a quedar la plantilla -y la mayoría de los puestos."
Soy ingenuamente utópica. Nadie hace las cosas bien porque no beneficia.
No está de moda hacer el bien. 

Con cierto recelo completo este tema, y dejo el vídeo: https://youtu.be/7-dbawA6KgE

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